Un error de novatos es sembrar judías en una única plantada anual, salen todas a la vez. Acabas congelándolas, dejando algunas para secas y, lo peor, con la familia harta de comer judías cada día, o amigos y vecinos que te rehuyen. Así que, ya sabes, a sembrar unas pocas cada 3-4 semanas.
En julio todavía puedes poner esas Phaseolus vulgaris en exterior, cuenta que tardarás al menos entre 8 y 12 semanas en cosechar, o sea que será después de septiembre. Recuerda, 4-5 semillas en un hueco a 2-3 cm de profundidad, separados a una distancia de 30-40 cm entre plantas de judías si éstas son rastreras y unos 60 cm de distancia si son de mata, para facilitar una buena ventilación (en este caso toca entutorar con cañas, palos y mucho arte).
Recuerda que les gusta el sol, los lugares sin viento y que no les falte la humedad (un acolchado les sentará bien en estos meses), aunque sin ahogarlas. No necesitan abonado, no son exigentes y más bien fertilizan la tierra. Y plántalas cerca de sus amigos: maíz, calabacines, zanahorias, pepinos, coles, fresales, perejil, patateras y tomateras. No se llevan tan bien con ajos, cebollas, hinojos y puerros.