Es bueno buscar orientaciones al sur que den luz y calor a las plantas que más lo necesitan, como tomates, pimientos, berenjenas, melones, pepinos y calabacines, y proteger tras ellos a lechugas, acelgas, espinacas y otras especies que crecen bien a la media sombra, sobre todo en las zonas muy luminosas. Las hortalizas de fruto como las judías, tomates, pimientos, calabacines, berenjenas o pepinos necesitan por lo menos 6 horas de sol directo al día. Todas las demás pueden crecer con apenas 3 o 4 horas de sol, aunque mejor si disponen de más. Los árboles, edificios y otras estructuras del huerto o terraza pueden causar sombra en exceso. Ten
en cuenta que el ángulo del sol varía con el paso de las estaciones.
Cultivar un huerto
Hacer un huerto: ¿cuánto tiempo me llevará?
Estadísticas cantan: el tiempo medio que dedicaron los hortelanos domésticos a sus huertos en Estados Unidos en 2008 fue de 5 horas semanales. Aquí todavía no estamos tan organizados en estos temas y los cálculos que pongo a continuación son a ojo o comentados con conocidos.
La tarea que te llevará más tiempo es la preparación de la parcela, un par de días a plena dedicación si no cuentas con ayuda y si el terreno ya ha sido cultivado antes. Si has de
empezar desde cero en un terreno rústico, el tiempo se puede alargar bastante según la cantidad de plantas silvestres y raíces que te puedas encontrar o si dispones de un pequeño
motocultor. Aquí los defensores del huerto sinérgico te dirán que no hagas mucho: cubre el suelo de cartones, haz unos agujeros y siembra en ellos patatas. Trabajarán para ti
abriendo el terreno. Las plantas silvestres acabarán desapareciendo sin que destruyas la fertilidad del suelo y lo celebrarás con un buen guiso de patatas al cabo de unos meses.
La primavera, con la época de siembra en marzo-abril y la de plantación, en mayo-junio, será la estación más exigente.
Después de algunas horas de más en estos períodos plantando y trasplantando, el mantenimiento de una parcela de 50 a 100 m2 requerirá como mínimo dos o tres horas
a la semana, entre cosechar, quitar las malas hierbas y regar.Sistemas como el riego por goteo y el acolchado te simplifican mucho la vida.
Hacer un huerto: ¿dónde?
Si no vas a cultivar en casa, busca un lugar cercano o por el que tengas que pasar cada día. También vale uno allí donde pases buena parte de los fines de semana, al menos entre
marzo y octubre, aunque el huerto continúa siendo productivo durante el invierno.
Asegúrate de que vas a poder disponer de agua, sea porque puedas recogerla de tejados, porque dispongas de una corriente de agua cercana o porque, al menos, tienes un grifo
cerca, aunque aquí ya estarás añadiendo un coste.
Si tienes la posibilidad de cercar el huerto con una valla crearás cierta barrera al viento, a gatos, perros, animales silvestres o animales humanos, que por travesura o avaricia pueden causar algunos estropicios.
Cuando la decisión sea cultivar en casa sólo tendrás que preocuparte de escoger un lugar soleado, lo más amplio posible y que pueda soportar peso. Ten en cuenta que unas
jardineras empapadas de agua por la lluvia pueden pesar mucho y romper los soportes que las sujetan.
Hacer un huerto: ¿cuánto espacio?
Te sorprendería la cantidad de verdura que puede salir de una mesa de cultivo de 188 × 70 cm, o de un huerto Leopoldo.
Un bancal entre tablones de 3 o 5 m2 cultivado intensivamente te proveerá de bastantes ensaladas en verano. Si las quieres comer cada día en primavera y verano, piensa más bien en un espacio entre 12 y 20 m2. Pero lo ideal para complementar el consumo doméstico de verduras durante buena parte del año es que dispongas de un huerto de al menos 30 o 40 m2. Un huerto de 100 m2 puede llegara autoabastecer de verduras a una familia de tres personas durante todo el año. Cualquier extensión para el cultivo que sobrepase esta última medida te requerirá una dedicación más allá de la simple afición.
Si vas a plantar en macetas, jardineras, mesas de cultivo o recipientes improvisados, puedes ir adaptando si quieres la extensión hasta llenar el espacio disponible, pero no olvides que las plantas crecen mucho y, si empiezas a llenar tu balcón de macetas, en verano te moverás en una selva que asustará a los vecinos.