Son plantas con grandes hojas de color verde oscuro que ocupan bastante terreno, pero cada una puede llegar a dar dos o tres calabacines a la semana en los mejores meses de verano. Tenlo en cuenta para no plantar en exceso. Con cuatro o cinco plantas bien cuidadas ya puedes ir servido. No olvides que las flores tienen bastante gracia para tomarlas rebozadas como aperitivo o decorando algunos platos de verano. Para cultivar en balcón o terraza hará falta un macetón grande, con buena tierra y bastante espacio a su alrededor.
Huertos en terrazas
Hacer un huerto: trucos para ganar espacio
El cultivo en terrazas o en bancales bien abonados permite producciones más intensivas de las que se producían en las huertas tradicionales. La alternancia en el suelo de plantas con estructura de raíz, forma de crecimiento o altura complementarios permite ganar bastante espacio. Por ejemplo:
• Plantas con crecimiento de raíz complementario:
Judías – zanahorias, judías – apio, judías – maíz, judías – rábanos, judías – calabacín, calabazas – cebollas, zanahorias – cebollas, maíz – lechugas, maíz – patatas, berenjenas – cebollas, puerros – zanahorias, lechugas – zanahorias – cebollas, lechugas – rábanos, guisantes – rábanos, pimientos – cebollas o espinacas – cebollas.
• Plantas que dan sombra – plantas que toleran sombra:
Judías bajas – apio, judías (bajas o de palo) – lechugas, judías (bajas o de palo) – espinacas, coles y coliflores – lechugas, coles y coliflores – espinacas, maíz – lechugas, pepinos en espaldera – apio, pepinos en espaldera – lechugas, berenjenas – apio, guisantes en espaldera – lechuga, guisantes en espaldera – espinaca, tomates en palos – lechuga.
Para aprovechar el espacio en vertical pueden plantarse hortalizas trepadoras como los pepinos, las judías o los guisantes allí donde ellos mismos puedan engancharse. Los tomates también trepan, pero es necesario ir atándolos a alguna estructura que sirva de soporte.
En los huertos en terrazas también son muy útiles los contenedores verticales que permiten plantar en agujeros a diferentes niveles, constituyendo una torre ajardinada y muy productiva. Otra solución son las cestas colgantes, dejando colgar los tallos.
Escalona la plantación al ritmo en que irás consumiendo, si cortas dos lechugas por semana deberás plantar dos nuevas lechugas cada semana. Aunque ten en cuenta que casi todas las variedades de lechuga, escarola, acelga o espinaca permiten ir cortando las hojas exteriores, sin arrancar la planta, de modo que van creciendo nuevas en el tiempo en que volvemos para cosechar más.
Si realmente tienes poco espacio, puedes renunciar a cultivar variedades de verduras de ciclo lento o exigentes en espacio. Las cebollas para secar requieren cinco meses, pero las que se consumen en fresco estarán listas en apenas dos. Los tomates, pimientos y berenjenas ocuparán espacio al menos durante tres meses de verano, mientras que las acelgas, los guisantes o las lechugas, bien cuidados, se pueden consumir en poco más de dos meses desde su plantación.
Hacer un huerto: macetas y contenedores
Con un poco de imaginación es posible utilizar todo tipo de recipientes para el cultivo de plantas en terrazas o balcones: bidones, cubos agrietados, garrafas de agua, viejas bañeras, cajas de fruta recubiertas con tejido de rafia o bolsas de tela plastificada. Lo importante es que cuenten con suficiente drenaje en el fondo y que el conjunto general nos resulte estéticamente bello.
Al igual que si utilizamos macetas o jardineras, lo que interesa es que los contenedores sean lo más grandes posible, con una profundidad de entre 20 y 40 cm. Las mesas de cultivo ya suelen ofrecer ese espacio para el desarrollo de las raíces. Se rellenan con un sustrato compuesto por fibra de coco y humus de lombriz, muy nutritivo, que permite sembrar gran variedad de hortalizas en poco espacio.
Otra posibilidad es el cultivo en sacos geotextiles, como los que fabrica la firma francesa Bacsac, o en estructuras a dos niveles como el huerto Leopoldo, una estructura metálica móvil que permite cultivar dos sacos a diferente altura.
En caso de no disponer realmente de espacio, existen diferentes sistemas de huertos verticales y de cultivos hidropónicos, como Windowfarms, que pueden comprarse o construirse con botellas de agua recicladas, a partir de los planos e instrucciones que facilita este proyecto colaborativo de diseño a nivel internacional (ya existe grupo en español).
Si tu decisión es cultivar un huerto en un balcón o terraza, te recomiendo como primera lectura el libro El huerto urbano de Josep Mª Vallès.
Hacer un huerto: la tierra
La materia mineral constituye entre el 90 % y el 98 % de la materia de un suelo de cultivo, el resto es la parte orgánica pero de ella depende principalmente la fertilidad de la tierra
en la que vas a cultivar. Sea cual sea tu tipo de tierra, te interesa enriquecerla con materia orgánica, sea compost o abono de origen animal. El estudio detallado de su textura, estructura y Ph permitirá equilibrarla y aumentar su fertilidad con el tiempo.
Si vas a cultivar en tiestos o en mesas de cultivo en la ciudad, normalmente comprarás mezclas de turba o fibra de coco con abono de estiércol, humus de lombriz o guano de aves. Otros materiales usados en las mezclas son la perlita y la vermiculita, arcillas que se han sometido a altas temperaturas consiguiendo una estructura particular que mejora la
textura. Estos sustratos son adecuados para plantar en contenedores, ya que tienen muchos nutrientes y una gran capacidad de retención de agua que reduce la necesidad de riego y asegura el alimento que requieren las hortalizas.
Hacer un huerto: ¿cuánto espacio?
Te sorprendería la cantidad de verdura que puede salir de una mesa de cultivo de 188 × 70 cm, o de un huerto Leopoldo.
Un bancal entre tablones de 3 o 5 m2 cultivado intensivamente te proveerá de bastantes ensaladas en verano. Si las quieres comer cada día en primavera y verano, piensa más bien en un espacio entre 12 y 20 m2. Pero lo ideal para complementar el consumo doméstico de verduras durante buena parte del año es que dispongas de un huerto de al menos 30 o 40 m2. Un huerto de 100 m2 puede llegara autoabastecer de verduras a una familia de tres personas durante todo el año. Cualquier extensión para el cultivo que sobrepase esta última medida te requerirá una dedicación más allá de la simple afición.
Si vas a plantar en macetas, jardineras, mesas de cultivo o recipientes improvisados, puedes ir adaptando si quieres la extensión hasta llenar el espacio disponible, pero no olvides que las plantas crecen mucho y, si empiezas a llenar tu balcón de macetas, en verano te moverás en una selva que asustará a los vecinos.